El pasado sábado, Gervonta Davis defendió su título ligero de la AMB ante Lamont Roach en una pelea que resultó en un polémico empate. A lo largo de la lucha, los asaltos fueron muy cerrados, lo que se reflejó en las tarjetas de los jueces; sin embargo, el momento de mayor controversia ocurrió en el noveno asalto.
Durante esa ronda, Gervonta se arrodilló en la lona y se dirigió a su esquina para que le limpiaran la cara. El réferi comenzó a contar, pero luego detuvo la cuenta. Davis explicó al finalizar el combate que el sudor de su cabello le caía en los ojos, lo que lo llevó a arrodillarse y buscar asistencia.
Por su parte, Lamont Roach mencionó después de la conferencia que, según el reglamento, Gervonta debería haber recibido una penalización de un punto, lo que habría cambiado el resultado a su favor.
Aunque Davis había declarado en la conferencia de prensa posterior que la revancha podría tardar en concretarse, incluso hasta el año próximo, parece que ha reconsiderado su postura. Las críticas que han surgido podrían haber influido en su decisión de aceptar una revancha inmediata, y si esta se lleva a cabo en mayo, debería oficializarse en las próximas semanas.