En el combate estelar de la velada celebrada en Anaheim, Madueño aguantó los embates de Duarte durante varios rounds. Sin embargo, en el séptimo asalto, comenzó a recibir una cantidad abrumadora de golpes y, sin poder responder, el réferi decidió detener la contienda.
Desde el inicio, ambos boxeadores intentaron imponer su estilo con el jab, aunque esto no duró mucho. Duarte propinó un potente golpe de derecha, mientras que Madueño respondió con una combinación de puñetazos, conectando una izquierda en el rostro de su rival.
En el segundo asalto, Madueño logró conectar un fuerte golpe de derecha. Aunque el volumen de sus golpes era notable, Duarte mantuvo la precisión, buscando constantemente la pelea en corta distancia. “La Migraña” parecía más peligroso cada vez que conseguía conectar.
El tercer asalto comenzó complicado para Madueño, quien recibió un gancho al hígado que lo llevó contra las cuerdas, donde soportó un castigo implacable y no encontraba la forma de salir. A pesar de responder con dos golpes fuertes, Duarte lo llevó nuevamente a su esquina, manteniéndolo a raya y presionándolo en todo momento.
Duarte continuó la cacería, llevando a Madueño a las cuerdas con un repertorio variado de golpes, especialmente con ganchos al hígado y potentes derechas. Madueño resistía todo lo que le lanzaban; Duarte combinaba golpes al cuerpo y al rostro, pero su rival mostraba una gran tenacidad.
Al inicio del quinto asalto, Madueño trató de reaccionar con uppercuts y golpes en salto, pero Duarte se mantuvo firme y comenzó a lanzar combinaciones de izquierda arriba y abajo. Ambos boxeadores parecían tomarse un breve respiro, ya que Madueño intentaba mantener la distancia con su jab, pero pronto volvían a luchar en corto. Duarte lanzó una combinación al rostro que pareció impactar en Madueño, quien logró salir de la esquina, aunque no sin antes sufrir un corte en la ceja izquierda debido a un golpe brutal.